Diez años después de la movilización de millones de personas
contra la invasión de Irak, la situación de guerra en Siria tiene una
importancia similar para el movimiento contra la guerra.
En Siria hay un gobierno que bombardea ciudades y dispara contra los manifestantes pro-democracia y hay fuerzas opositoras que abogan por la lucha armada con el apoyo de potencias extranjeras. También hay facciones responsables de terrorismo y violaciones de los derechos humanos.
¿Cómo pueden los movimientos sociales apoyar la democracia y la reconciliación de manera no violenta? ¡Ya va siendo hora de que comience la movilización contra la guerra en Siria! Se necesita un alto el fuego inmediato. La gran mayoría de la población quiere la paz y un estado verdaderamente democrático.
Es necesario iniciar un proceso de reforma del Estado impulsado por toda la población. Los grupos religiosos y étnicos deben ser protegidos, con atención a los refugiados y protección de las minorías. Este proceso debe llevarse a cabo con la colaboración de los países vecinos, en los que existe la posibilidad de que se extienda el conflicto.
También es necesario empujar a las instituciones y a los gobiernos a trabajar por una paz justa en lugar de planear una intervención armada. Hay que obligarlos a detener el suministro de armas, apoyar la reconciliación y proporcionar espacios seguros para la reunión y la negociación entre las partes. Se deben tomar medidas ante las Naciones Unidas, y en particular ante la Unión Europea, inmerecidamente galardonada con el Premio Nobel de la Paz.
Es necesario abrir el diálogo con la sociedad civil siria que lucha con medios no violentos por los derechos humanos, la democracia y la justicia social.
Movimiento contra la guerra
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